EL FISCAL SNOPEK VUELVE A ESTAR IMPUTADO POR VIOLENCIA DE GÉNERO

El juez de impugnación Federico Armiñana Dohorman revirtió el sobreseimiento que favorecía al fiscal federal en tres de los cuatro delitos del caso que se sigue en su contra.
La Navidad de Francisco Snopek seguramente no es como la esperaba. Fue una semana dura para el fiscal federal de Salta (suspendido de sus funciones), por el revés judicial que recibió en la causa que se le imputa por violencia de género contra su esposa y por el delito de privación ilegítima de la libertad y resistencia a la autoridad.

En los últimos días se conoció el fallo del juez Federico Armiñana Dohorman que revocó el escandaloso sobreseimiento por el que había sido favorecido Snopek en tres de los cuatros delitos del caso que se le sigue en su contra. De esa manera el titular de la Sala IV del Tribunal de Impugnación dio lugar al recurso de apelación que había presentado la fiscal provincial Luján Sodero sobre la sentencia de la jueza Claudia Puertas, que favorecía al funcionario del Ministerio Público Fiscal de la Nación en las acusaciones más graves en su contra.

Puertas, jueza interina de Garantías 7, había decidido en septiembre pasado sobreseer a Snopek por los cargos de violencia de género y privación ilegítima de la libertad y resistencia a la autoridad contra tres efectivos policiales. En esa instancia, sólo dio lugar a que se avance por el delito de lesiones leves agravadas por el vínculo y el género, que había presentado la fiscal penal de Violencia Familiar y de Género, Luján Sodero.

Los hechos por los que el fiscal Snopek fue imputado ocurrieron en la noche del 22 de mayo, por un episodio de supuesta violencia doméstica entre el abogado y su esposa, en el que luego intervinieron tres policías, quienes también habrían sido agraviados.

Una de las razones a la que apeló Puertas para sobreseer parcialmente al acusado fue que la esposa no presentó una denuncia en su contra (a pesar de que se constató que había sido lesionada). Ante ello, el juez Armiñana Dohorman consideró que en este caso el requisito de la denuncia puede obviarse porque se trata de una cuestión de “interés público”.

“La cuestión de género se inscribe dentro de esta previsión normativa (de interés público), al reunir las notas que le otorgan una importancia capital por encima de cualquier otra consideración, y que exige a todos los operadores estatales extremar los recaudos a los efectos de asegurar la tutela a la que se encuentra obligado, como imperativo insoslayable, nuestro país”, señaló el magistrado en su sentencia.

Explicó que la decisión de no denunciar también “puede inscribirse dentro del denominado Ciclo de la Violencia, concretamente en el tercer segmento denominado ‘luna de miel o arrepentimiento’, en el que el agresor luego de la ‘acumulación de tensión’ y su ‘explosión’, pide perdón”.

Recordó que la propia esposa había manifestado que temía denunciar a su pareja por “las consecuencias disciplinarias que la apertura de un proceso penal podría traer aparejado para su cónyuge en el ámbito laboral e, indirectamente, las posibles represalias que ello le acarrearía, más allá de la posible desintegración del núcleo familiar, que cargaría como responsabilidad suya”.

Sobre el argumento al que recurrió la jueza de Garantías para sobreseer a Snopek por el delito de resistencia a la autoridad, bajo el entendimiento de que no hubo violencia física, Armiñana Dohorman fue determinante. Indicó que esa falta también puede considerarse cuando se recurre a acciones amenazantes.

Remitió a las denuncias de los policías quienes contaron que Snopek “les pedía a los efectivos sus nombres para hacerlos echar de la fuerza, haciendo gala así de su cargo como fiscal para entorpecer la actuación de los efectivos, ejerciendo presión para desalentarlos en su cometido, a lo que cabe añadir que intentó sacarlos a los gritos del domicilio”.

También desestimó el sobreseimiento del cargo por privación ilegítima de libertad contra los efectivos policiales. Para ello solo mencionó la presentación de los uniformados quienes describieron que el fiscal los encerró en su vivienda del barrio Grand Bourg y les gritó que “no los dejaría salir y que no entraba ni salía nadie”.

Fuente: El Noticiero Digital

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