En Qué podés dar? (lunes a viernes de 10 a 13), hablamos con Stella Maris Morales, una veterana de guerra. Esta es la voz de una de las mujeres que fueron durante años invisibilizadas y aun hoy, 40 años después, siguen sin ser reconocidas.
“Soy Stella Maris Morales, veterana de guerra de Malvinas, estuve participando en la guerra de alguna manera, como enfermera profesional en Comodoro Rivadavia, no en las Islas Malvinas, pero es el mismo suelo. Así que por eso me considero veterana de guerra, porque estuve participando de este conflicto y para mí, no hay diferencia”.
Creo que lo que dijo frente al balcón, no fue lo más acertado, creo que fue desastroso, fue un horror, yo creo que la guerra es destrucción, es horror y lo que una vivió allá es muy triste y es muy triste también que se nos haya olvidado, que no hayan tomado en cuenta ni valorizado la labor de la mujer enfermera en esa guerra.
“Yo creo que después de tanto años de silencio, de obligarnos a no hablar de esta derrota, porque fue una derrota la de los militares, merecemos un reconocimiento. Nos obligaron a nosotras a las mujeres, pese a que teníamos un grado militar, porque éramos enfermeras profesionales que nos incorporamos a la Fuerza Aérea, al Escuadrón Sanidad y era Gobierno de Facto. Al señor ese al que se le ocurrió el “si quieren venir, que vengan, que acá les presentaremos batalla”… se olvidó de participar de la batalla, no?
No estoy arrepentida de haber estado allí, conteniendo a los soldados, a los heridos, creo que es mi vocación de servicio, pero no en ese ámbito de guerra, creo que fue la parte equívoca en mi historia. No lo volvería a hacer porque no quiero guerra, estoy orgullosa de haber participado pero no quisiera otra guerra. Es diferente a otras situaciones de catástrofes que viví, inundaciones, accidentes ferroviarios, creo que esta situación, esta guerra tiene otro olor, otro color, tiene otro sonido inclusive, vivís una sensación que la no vivís en otras situaciones y no quiero pasar por eso otra vez.
La cambio por esta voluntad de servicio de seguir conteniendo, aunque ya soy grande, ya me jubilé como enfermera porque pedí la baja y seguí trabajando. Hoy, sentir que podés aliviar de alguna manera la soledad de cada paciente, de cada herido que sufre, de cada persona que está internada y se siente muy sola, es esa la contención, lo primordial. Creo que ese es el momento en que más necesita de la contención de la enfermera.
El paso del tiempo me hace reflexionar, tener otra mirada, me hace pensar en porqué este olvido, esta negación hacia la participación de la mujer enfermera, sigo pensando que este ámbito militar es puramente machista -aunque ahora se abrió un poco más- pienso porqué tantos años de olvido”.
“Por suerte nosotras tuvimos esa necesidad, esa valentía de luchar, de levantar la bandera, mi compañera Alicia (Reynoso) inició en 2010 esta campaña de visibilidad. Ella dijo “qué pasa acá”, “por qué a las mujeres no nos dan bolilla”, “porqué la mujer está tan relegada, si nosotras también estuvimos ahí”…
“No estuvimos matando, no levantamos el arma y combatimos al enemigo, pero sí combatimos las heridas, tratamos de estar ahí presentes para darles esa mano y esa contención”.
Es importante que las mujeres levantemos la voz, creo que en la historia de la humanidad, la mujer siempre tuvo que levantar la voz y decir que nosotras tenemos los mismos derechos que los varones, y que todos los seres humanos. Hoy la reflexión es esa, porqué les cuesta tanto todavía asumir que nosotras también estuvimos, que tenemos los mismos derechos y cumplimos un rol tan importante como el que cumplió el hombre que fue a la guerra. Si se sabe de nosotras es porque nosotras nos encargamos de sacar a la luz nuestra lucha.
Alicia Reynoso inició su juicio al Estado en 2010 y yo en el 2014, nosotras tuvimos que hacer un juicio y los proyectos de ley, cayeron, no salieron. Nosotras fuimos a reclamar a la Fuerza Aérea nuestros derechos. En 1985 recibimos un diploma diciendo que nosotras habíamos participado de la batalla aérea. En los años 90’s recibimos medalla y diploma, otorgado por el Congreso de la Nación, que nos reconoce como veteranas de guerra, peor nos dejaron afuera”.
“El tema es el olvido, falta el reconocimiento. Cuando fuimos a reclamar, nos dijeron que nosotras no somos veteranas porque no pisamos el suelo de Malvinas… yo digo que es el mismo suelo.
El año pasado ganamos el juicio, fuimos reconocidas como veteranas de guerra, pero este año, en febrero de 2022 -40 años después- nos reconocieron, pero sin ese ‘papelito’, así le digo yo, no podemos acceder a los mismos beneficios que los hombres. Ahí se nota la diferencia.
Es un papelito pero que me va a permitir eso, a mis casi 68… Lo que me interesa es las disculpas de estos señores, por habernos sumado en el olvido, por negarnos y decirnos “ustedes no son veteranas”, y saben qué? Yo a la veteranía la tengo desde que pisé nuestro suelo argentino, desde el primer momento en que llegué y empecé a recibir a los heridos, me considero veterana”.