El disco ¿definitivo? de Charly García, cumplió un año más, ya tiene 34.
“Cómo conseguir chicas”: la historia detrás de su misterioso arte de tapa. A diferencia de sus discos anteriores, el quinto álbum de estudio del músico argentino no contó con su imagen en la portada, solo la seductora imagen de una modelo rodeada de flores.
Hablamos de “sub 35”, porque el álbum fue grabado en el ’88, mientras que en febrero del ’89, finalmente “vio la luz”.
En 1989, Charly García presentó al mundo Cómo conseguir chicas, su quinto álbum de estudio. El álbum fue hecho a partir de canciones sueltas que no habían encontrado destino fijo o que habían sido concebidas para Sui Generis o La Máquina de Hacer Pájaros. Considerado por la crítica como una nota al pie en la discografía del músico argentino, se supo ganar un lugar en el podio de las rarezas y los lugares de culto. Los fanáticos lo celebran por lo que es: una joya extraña que, desde su sugerente tapa, seduce y desconcierta.
Otras personas por esta misma particularidad, consideran al disco, “el disco definitivo” del artista. Otros sin embargo, no entran en esta, porque es muy difícil, decidirse ante tamaña obra, de una belleza de artista.
Cómo conseguir chicas contó con la producción general del estadounidense Joey Blaney, con quien Charly ya había trabajado en la mezcla de Piano Bar (1984) y Parte de mi religión (1987); también participaron Los Enfermeros, su banda de acompañamiento integrada por Fabián “Zorrito” Von Quintiero, el tecladista Alfie Martins, el baterista Fernando Samalea, Hilda Lizarazu en coros, Carlos “el Negro” García López en guitarra y Fernando Lupano en bajo. En un backstage de las sesiones de grabación, a Charly le preguntaron si Cómo conseguir chicas tenía una relación con los derechos humanos, y él respondió que el disco exploraba los derechos de la mujer y el derecho al amor. La figura central es la mujer y en cada una de las canciones aparece en forma de metáforas, recuerdos e imágenes poéticas. El álbum convoca al romance y a la intensidad: cada tema se podría comparar con un poema del escritor francés Charles Baudelaire, donde las palabras y los ritmos se retuercen como animales salvajes. Según el ex Sui Generis es un disco de “un amor denso”.
El rol central de la mujer se puede ver en la tapa del disco: una joven con el pelo largo que mira fijo al espectador. Sus ojos celestes se vuelven joyas hipnóticas que reclaman atención, mientras sus labios rojos se pierden entre pétalos naranjas y amarillos. Hay un arreglo floral que compite por la atención en la foto, pero la mujer pareciera ser la única flor que importa. Ella podría ser la protagonista de una pintura del Renacimiento, pero también se asemeja a una modelo de alguna publicidad de cosméticos o perfumes. La imagen, entre el misterio y la ironía, coquetea con la idea de vender algo: cómo conseguir chicas, primera misión para los hombres del rock and roll. Sobre esto Charly dijo: “En la tapa va a haber una foto con una chica y un ramo de flores y quiero que no diga nada. Ni Charly García ni nada. Es una tapa medio sesentona, setentista… del 69 al 73, y el título es ‘Cómo conseguir chicas’. Por supuesto, no dice cómo… se supone que comprando el disco, ja”.
La foto proviene de un banco de imágenes y no tiene una autoría clara. Los rumores de internet afirman que el autor podría ser Jorge Fisbein, amigo de Charly con quien ya había trabajo para otras tapas de discos. Nada que se pueda confirmar, pero es curioso que la imagen ya había sido utilizada para un disco del director de orquesta Caravelli de 1982. De la joven no se sabe nada, su anonimato es idéntico al que padecieron miles de mujeres a lo largo de la historia del arte y la industria del entretenimiento.
Alfio Baldo se encargó del diseño gráfico del disco, quien ya había trabajado con García en el diseño de Clics modernos (1983) y Parte de la religión. Su plan de acción fue llevar de paseo a Los Enfermeros por la reserva ecológica de Costanera Sur y al clásico bar porteño La Biela. De ahí salió la fotografía donde todos los integrantes de la banda están sentados en una mesa, mientras que Lizarazu fue la que tomó la foto de Charly fumando. Las fotografías en blanco y negro generan una tensión interesante con la propuesta de la tapa: a simple vista es una trampa de colores superficiales y por dentro se esconde ese espesor melancólico, tan característico en las letras e imágenes de Charly.
Otra persona que definió la estética de Cómo conseguir chicas fue el legendario Alejandro Kuropatwa, fotógrafo referente de las artes visuales durante los años ochenta y noventa, reconocido por haber retratado a los grandes nombres del rock nacional. Fue convocado por Charly, a quien conoció en fiestas y eventos, para realizar los afiches que anunciaban la gira promocional del disco por Latinoamérica. Kuropatwa se inspiró en la tapa del disco y comandó una sesión fotográfica muy divertida y para nada solemne. A todos los varones de la banda les pidió estar vestidos, peinados y maquillados como si fueran mujeres. Ninguno se opuso y en palabras de Hilda Lizarazu veían toda la performance “como un gran juego de niños”. Cuenta la leyenda que Charly pidió que los vestidos sean rojos y que a Kuropatwa le encantó, pero no se lo hizo saber. Kuro, cómo lo llamaban sus amigos, afirmaba que “los halagos entre reyes no son elegantes”. Tan importante fue la sesión que años después, en 2012, el Museo Nacional de Bellas Artes adquirió una de las fotografías: Charly vestido con camisa blanca, pantalón de jean gastado y chaleco floreado. El músico posa mientras a su alrededor caen flores. Lamentablemente, la imagen habita en las reservas del museo y no la exhiben con la frecuencia que se merece (a fines de 2020, la foto formó parte de la muestra “Los 80. El rock en la calle” en el Museo Histórico Nacional).
Cómo conseguir chicas es una flor exótica en la discografía de Charly García. Es un disco que celebra la revolución creativa de los años ochenta y exhibe al músico en un estado de completa sincronía con su banda. Desde los arreglos musicales hasta los aspectos visuales del disco, Charly se imaginó todo el proyecto como un gran sistema de representación: un mapa de época donde el amor podía ser leído más allá de la cursilería barata. El amor puede ser el espasmo que necesitamos para despertar una creatividad salvaje.
Fuente: IndieHoy