Así marcha la “extranjerización” en Argentina

En al menos 30 distritos del país se incumple el porcentaje de propiedad por parte de extranjeros que establece la ley vigente. Los casos más preocupantes

La intención de capitales estadounidenses y británicos por instalar un radar dotado con tecnología apta para su uso militar, combinado con la base china en Bajada del Agrio, en la provincia de Neuquén, y los movimientos del emir de Qatar en Río Negro, combinado con el escándalo en torno a Joe Lewis y su apropiación de Lago Escondido, reaviva la discusión en torno a la “extranjerización” del territorio argentino. Ocurre que, si bien rige una ley, la normativa 26.737 que fija porcentajes topes de control de superficies por parte de capitales foráneos, lo cierto es la regulación recibió “ablandes” en los últimos años. Y lo cierto es que los incumplimientos también son moneda corriente más allá de la pauta legal establecida.

Según datos oficiales, suman 14,7 millones las hectáreas bajo control extranjero en la Argentina. La cifra, en kilómetros cuadrados, supera la superficie total de Inglaterra –no confundir con toda Gran Bretaña–, merodea los números de todo Uruguay y representa casi la mitad de la superficie de Italia.

Por supuesto, esto de acuerdo a estadísticas del Registro Nacional de Tierras Rurales. Pero se da por hecho que el total dominado por los capitales internacionales es superior. Ocurre que, durante el gobierno de Mauricio Macri, se dispuso por decreto –820/16– la posibilidad de que las sociedades argentinas transfieran acciones a extranjeros sin tener que notificar al mencionado registro.

Dicho de otra forma, en situaciones de sociedades compartidas entre capitales nacionales y foráneos la compra de la participación doméstica por parte de inversores externos no resulta informada al Estado. Al mismo tiempo, también se liberó la posibilidad de que los extranjeros adquieran cuerpos de agua a partir de un cambio de requisitos en la forma de revisar la presencia de cuencas en los territorios en venta.

Lo particular es que estos cambios que alientan la “extranjerización” no fueron modificados por la gestión que encabezan Alberto y Cristina Fernández. La ley vigente dictamina que los capitales foráneos no pueden disponer de más del 15 por ciento del territorio de un municipio, una provincia o el país. Claro que ese porcentaje se incumple en distintos puntos del mapa, incluso en este contexto de sociedades que no informen sus cambios accionarios.

Los porcentajes de la presencia extranjera

Siempre según el Registro Nacional de Tierras Rurales, el 5,23 por ciento del territorio argentino se encuentra hoy controlado por extranjeros –aquí sí se estaría cumpliendo la normativa aunque con las salvedades mencionadas–, pero los guarismos varían de acuerdo a las provincias.

La apropiación de Lago Escondido por parte de Joe Lewis, uno de los escándalos más visibles.

La apropiación de Lago Escondido por parte de Joe Lewis, uno de los escándalos más visibles.

En ese sentido, los porcentajes más elevados corresponden a Salta –11,56 por ciento–, Misiones –11,07 por ciento–, San Juan –10,48 por ciento–, Catamarca –8,64 por ciento– y Santa Cruz –8,11 por ciento–. Precisamente, distritos con fronteras en detrimento de provinciales centrales como Córdoba, La Pampa, Santa Fe o San Luis.

Los números cambian y desnudan la violación de la normativa vigente en cuanto se revisa la “extranjerización” por municipio o departamento. Respecto de esto último, el registro citado reconoce que al menos 30 distritos superan los límites del 15 por ciento fijados por la legislación.

El organismo señala que en Magallanes, en la costa de la provincia de Santa Cruz, el 25,7 por ciento de las tierras son propiedad de capitales foráneos. Cushamen, en Chubut, presenta un indicador del 22,9 por ciento, mientras en que Lacar, en territorio neuquino, el 54 por ciento de las tierras se encuentran bajo dominio extranjero.

Otro distrito en el que apabulla la presencia de capital foráneo es General Lamadrid, en La Rioja: 56,7 por ciento de las hectáreas. Los porcentajes más elevados son propiedad de la provincia de Salta: San Carlos y Molinos, con 59,8 y 57,7 por ciento de su territorio en manos extranjeras, respectivamente.

En Iguazú, Misiones, el porcentaje alcanza el 38,8 por ciento, mientras que en Ituzaingó, en la misma provincia, la cifra se ubica en el 33,9 por ciento. La provincia de Buenos Aires también resalta en el mapa de los distritos más “extranjerizados”: Campana aparece en el registro con un 50,2 por ciento de su territorio en propiedad de inversores internacionales.

El interés de los extranjeros

El avance de los capitales foráneos, tras la ola protagonizada por el mencionado Lewis, Benetton y Tompkins, entre otros apellidos y en tiempos previos a la ley 26.737 viene encendiendo reacciones en zonas como El Bolsón, en Río Negro, donde se ha denunciado el desembarco del emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, en un área que le garantizaría el control de la naciente del río Chubut.

La base satelital china, una muestra de cómo incide la geopolítica en estas inversiones.

La base satelital china, una muestra de cómo incide la geopolítica en estas inversiones.

En Chubut, organizaciones de sociales y empresariales del Valle señalan que las compras se concentran en zonas de disponibilidad de agua, terrenos aptos para el desarrollo inmobiliario y, sobre todo en los últimos tres años, espacios donde puedan llevarse a cabo a instalación de proyectos energéticos con foco en la generación eólica.

Ya en el Norte, la predilección de los capitales extranjeros se concentra en zonas con posibilidades para la actividad minera –foco en el litio y los metales preciosos–.

Pero también predomina el interés por la explotación de áreas forestales como en el caso de Misiones. En ese distrito provincial resalta la situación de la chilena Arauco, dueña de más de 233.000 hectáreas sembradas en su gran mayoría con especies para la producción de celulosa.

La geopolítica también juega su “partido” a partir de la presencia china en Bajada del Agrio, el interés por emplazar un puerto multipropósito en Tierra del Fuego, y el reciente intento de empresas anglo-estadounidenses por instalar un radar de gran potencia también en suelo fueguino.

Fuente: iProfesional

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