Una aeronave con matrícula boliviana que partió desde el altiplano se precipitó en una pista clandestina cerca de Rosario de la Frontera, a 50 kilómetros de Tucumán. Tras el siniestro, que calcinó un vehículo de apoyo, las fuerzas de seguridad incautaron un total de 364 kilos de cocaína, parte de la cual estaba oculta bajo tierra y marcada con un sello asociado al Cártel de Sinaloa.
La operación, liderada por la Fiscalía Federal, culminó con la detención de los dos pilotos de nacionalidad boliviana y otros dos sospechosos. El pasado martes, el paraje rural San Felipe, cercano a Rosario de la Frontera, fue el escenario de un incidente que expuso la logística del narcotráfico transnacional. Cerca de las seis de la tarde, una avioneta que viajaba desde Bolivia intentó aterrizar en una pista clandestina y se estrelló contra un automóvil Volkswagen Gol Trend, provocando un incendio y una explosión que alertó a los vecinos.
Al llegar al lugar, los efectivos de la Policía de la Provincia, Gendarmería Nacional y la PSA, bajo la dirección del fiscal general Eduardo Villalba (Unidad Fiscal Salta), encontraron la aeronave humeante. Si bien no había ocupantes, los peritos detectaron inmediatamente bolsas plásticas con paquetes de cocaína.
El operativo cerrojo y el rastrillaje intensivo resultaron decisivos. Inicialmente, se incautaron 136 kilos de droga dentro de la avioneta, además de dispositivos de GPS y una antena satelital de origen boliviano. La investigación dio un giro al caer la tarde, cuando un grupo de efectivos halló una segunda carga: más de 228 kilos de cocaína cuidadosamente enterrados en un sector alejado de la pista.
El total de la carga incautada ascendió a 364 kilos de cocaína de alta pureza, lo que lo convierte en uno de los golpes más significativos de los últimos años. Lo que más preocupó a los investigadores fue el sello de la droga: los ladrillos estaban marcados con la inscripción «Prada», una marca que, según peritos especializados, está asociada directamente a envíos del Cártel de Sinaloa, vinculando la operación con redes criminales de alcance internacional.
Detención de pilotos y alerta por el desplazamiento de rutas
Tras el siniestro, el fiscal Villalba dispuso un operativo cerrojo en las rutas, lo que permitió la detención del propietario del auto siniestrado, cuya coartada sobre un supuesto robo se desmoronó rápidamente. Horas más tarde, y gracias a los rastreos y testimonios, se logró la detención de los dos pilotos de nacionalidad boliviana en la terminal de ómnibus de Rosario de la Frontera, quienes intentaban pasar inadvertidos para huir de la zona.
Con estas detenciones, el número total de aprehendidos ascendió a cuatro personas, y la jueza federal de Garantías N°2, Mariela Giménez, autorizó todas las medidas para avanzar en el expediente.
El caso refuerza la hipótesis de los investigadores federales sobre un corrimiento de las rutas del narcotráfico hacia los departamentos del sur salteño —como Metán, Rosario de la Frontera y Anta—, zonas donde la cobertura de los radares nacionales no es completa. Si bien el Operativo Güemes reforzó el control en el norte, la intensificación de los vuelos hacia el sur es una señal de la adaptabilidad de las organizaciones criminales.
Fuentes judiciales aseguran que la investigación continúa y que las pruebas obtenidas con la caída de la avioneta podrían conducir a una red mayor de financistas y contactos locales, confirmando que lo sucedido fue parte de una organización criminal de alta precisión que sigue operando sobre el Norte Argentino.
FUENTE: EL TINTERO