Con triunfos decisivos en Capital y Orán, el mileísmo se consolidó como la principal fuerza provincial. El frente Primero los Salteños sostuvo su estructura territorial en el interior, mientras el peronismo y la izquierda quedaron relegados. La UCR, en tanto, confirmó su desaparición del escenario electoral.
Por Maira Lopez para Salta 12
Las elecciones legislativas nacionales de 2025 marcaron un antes y un después en el tablero político salteño. La Libertad Avanza (LLA), el espacio que responde al presidente Javier Milei, se impuso con fuerza en las dos categorías, Senadores y Diputados, y reconfiguró la correlación de poder en toda la provincia. Con triunfos decisivos en Capital y Orán, los libertarios desplazaron al peronismo y al radicalismo, y forzaron una nueva polarización con el oficialismo provincial de Gustavo Sáenz.
En el Senado, LLA se llevó dos bancas, que serán ocupadas por la comunicadora Emilia Orozco y el abogado Gonzalo Guzmán Coraita; la tercera correspondió a la ingeniera Flavia Royón, por Primero los Salteños (PLS).
En Diputados, el espacio libertario también se impuso, asegurando las bancas a la periodista Gabriela Flores y al contador Carlos Zapata -quien renueva su mandato-, mientras que la fuerza saencista retuvo una, que ocupará el médico Bernardo Biella.
El mapa resultante consolidó una nueva lógica: Milei arriba, Sáenz resiste, y el resto busca reubicarse en un escenario que ya cambió.
Capital y Orán, la base del triunfo libertario
El peso de los grandes distritos volvió a ser determinante. En Capital, donde votaron más de 324 mil personas sobre un padrón de 451 mil, La Libertad Avanza obtuvo el 47,2% en Senadores, más que duplicando a Primero los Salteños (25%), lo que demostraría la poca incidencia del intendente Emiliano Durand (en la elección provincial de mayo sucedió lo mismo), aliado del saencismo. En Diputados, la proporción fue similar. En cuanto a las otras listas expectantes, Fuerza Patria quedó tercera (11,4%) y el Partido de la Victoria, cuarta (5,2%), sellando una nueva caída del peronismo urbano.
En Orán, segundo distrito en importancia, el mileísmo también se impuso con un 39,1%, frente al 25,7% de PLS y el 16,9% de Fuerza Patria. El Partido de la Victoria alcanzó un 10,9%, confirmando su anclaje regional pero sin capacidad de disputar el liderazgo. Entre Capital y Orán, LLA cosechó la diferencia que explica su dominio provincial.
Los triunfos en los departamentos más poblados explican buena parte del resultado general. LLA ganó menos territorios, pero más decisivos: los libertarios pintaron de violeta 10 departamentos, mientras que los saencistas lo hicieron en 13. Además, lograron penetrar en el Valle de Lerma, extendiendo su voto desde los centros urbanos hacia municipios como Cerrillos y Rosario de Lerma, donde la tendencia libertaria fue en ascenso.
Territorio en disputa
La pulseada entre el mileísmo y el saencismo fue más pareja en los departamentos medianos y rurales. En Anta, la diferencia fue mínima: Primero los Salteños obtuvo un 31,07% contra 30,69% de LLA. En Guachipas y Los Andes, la competencia terminó en empate. En contraste, General San Martín volvió a ser bastión del oficialismo provincial, con 37% para PLS en la categoría diputados frente al 28% libertario, una diferencia que le permitió al saencismo conservar presencia territorial.
Estos resultados muestran un patrón consolidado: el voto urbano y metropolitano se volcó al proyecto nacional de Milei, mientras que el voto rural y de las localidades del interior mantiene una fidelidad relativa al armado provincial de Sáenz. La nueva geografía política salteña combina así un centro libertario y una periferia saencista, con un justicialismo reducido a expresiones locales.
El peronismo dividido: sin liderazgo ni identidad
El Partido de la Victoria (PV) obtuvo su mejor desempeño en el departamento San Martín, con 20,25% en la categoría Senador, impulsado por la figura de Sergio “Oso” Leavy, exintendente de Tartagal y referente histórico del norte.
Sin embargo, en la mayoría de los distritos, Fuerza Patria (FP) logró ubicarse por encima del PV, convirtiéndose en la tercera fuerza de la provincia. No obstante, no alcanzó para consolidar al espacio como la referencia del peronismo provincial ni para revertir la pérdida de caudal electoral frente al avance de las fuerzas libertarias y saencistas.
La fractura del justicialismo se tradujo en votos dispersos y pérdida de competitividad, evidenciando que lo que alguna vez fue un espacio de poder territorial homogéneo hoy aparece fragmentado y sin identidad electoral definida. La candidatura paralela de Leavy y de sectores ligados al peronismo, pero dentro del armado saencista mostraron su límite ante la nueva polarización entre Milei y Sáenz.
Izquierda fragmentada y nuevas irrupciones
La izquierda repitió el patrón de fragmentación. El Frente de Izquierda y los Trabajadores – Unidad (FIT-U), Política Obrera (PO) y el Movimiento al Socialismo (MAS) compitieron por separado y no lograron superar el 4% en los principales departamentos. En Capital, y en la categoría Senador, el FIT-U alcanzó un 3,58%; el PO, un 2,51% y el MAS, un 0,64%, cifras que en conjunto apenas superan el 6%, lejos de los registros históricos de la izquierda salteña.
La sorpresa menor fue el Partido Renacer, una agrupación nueva y prácticamente desconocida, que superó individualmente a las tres expresiones trotskistas en varios distritos. En Capital obtuvo un 1,47%, y logró ser superior a cada una de las fuerzas de izquierda en departamentos como Anta, Iruya, Santa Victoria y La Caldera. Su aparición, más simbólica que competitiva, reveló un dato de fondo: el desencanto con las estructuras tradicionales también lleva al electorado a apostar por nuevos espacios.
Desaparición radical y voto del desencanto
La Unión Cívica Radical (UCR), que supo ser parte del bipartidismo provincial, apenas superó el 2% en la mayoría de los departamentos. En términos políticos, su desaparición formal del mapa electoral marca el cierre de un ciclo histórico.
Otro dato de interés en la revisión de los comicios es la participación de los votantes, en retroceso. El promedio provincial de participación fue de 64%, con picos en Chicoana (74,88%) y Rosario de Lerma (72,80%), y el nivel más bajo en Rivadavia (47,63%), referenciado como un departamento peronista-kirchnerista.
Lo curioso fue el voto en blanco entre ambas categorías. En Senadores superó los 26 mil votos, teniendo solo un departamento con más del 6% (La Poma). Mientras que en Diputados, el número se triplicó (67.852), con jurisdicciones que superaron el 13%: Iruya (14,47%), Los Andes (13,60%), Rivadavia (13,57%) y Santa Victoria (13,06%). Esto puede traducirse como la expresión de un electorado crítico que no encuentra representación o una falla en el uso del nuevo sistema de Boleta Única de Papel.
Nuevo tablero político
Con los resultados de este domingo, se consolidó un nuevo esquema político en Salta, donde La Libertad Avanza emerge como fuerza dominante y extiende el poder del Gobierno nacional.
A su vez, Primero los Salteños mantiene su estructura territorial y control institucional en el interior. Mientras que el peronismo, dividido, conserva peso local en el norte pero pierde su capacidad de articulación. También la izquierda se debilita por la dispersión; y la UCR desaparece como actor relevante.
Con Emilia Orozco, Gonzalo Guzmán Coraita, Flavia Royón, Gabriela Flores, Carlos Zapata y Bernardo Biella como las nuevas figuras del Congreso, Salta cristaliza un equilibrio inédito: el liberalismo nacional y el provincialismo saencista se reparten el tablero, mientras las viejas estructuras -peronismo, radicalismo e izquierda- intentan reinventarse ante un electorado que -al parecer- cambió las reglas del juego.