El mercado recalcula posiciones entre incertidumbre electoral, pulseada por el dólar futuro y señales confusas de política económica.
Karina Milei, Javier Milei y José Luis Espert. En las mesas, ironizan que “si el Gobierno no pudo ni organizar una caravana Presidencial por el conurbano bonaerense, ¿cómo planeaban salir del embrollo actual?”.
“Para mi gusto, ya hay demasiado ruido político para una previa electoral”, advertía un gestor internacional a sus clientes intentando explicar qué hacer con las posiciones argentinas en medio de la patada del avispero de la compra oficial de medicamentos.
Este avezado inversor de un fondo especializado en mercados emergentes, buen conocedor de las lides regionales y, sobre todo, argentinas, ya venía adelantando cambios en la cartera a sabiendas del típico clima preelectoral, pero el tenor de los escándalos en cuestión, sus esquirlas y pormenores, que se retroalimentan por las turbulencias financieras y cambiarias, lo obligaron a replantear escenarios y tenencias, al igual que otros pares, según confesó a sus inversores. Lo que ven desde afuera no dista mucho de lo que comentan pares locales. Pero lo cierto es que el momentum, un combo de riesgo político y riesgo económico, incomoda a todos. Las mieles del “carry trade” son puestas a prueba, incluso por los más amantes del riesgo.
“Para mi gusto, ya hay demasiado ruido político para una previa electoral”, advertía un gestor internacional a sus clientes intentando explicar qué hacer con las posiciones argentinas en medio de la patada del avispero de la compra oficial de medicamentos.
Este avezado inversor de un fondo especializado en mercados emergentes, buen conocedor de las lides regionales y, sobre todo, argentinas, ya venía adelantando cambios en la cartera a sabiendas del típico clima preelectoral, pero el tenor de los escándalos en cuestión, sus esquirlas y pormenores, que se retroalimentan por las turbulencias financieras y cambiarias, lo obligaron a replantear escenarios y tenencias, al igual que otros pares, según confesó a sus inversores. Lo que ven desde afuera no dista mucho de lo que comentan pares locales. Pero lo cierto es que el momentum, un combo de riesgo político y riesgo económico, incomoda a todos. Las mieles del “carry trade” son puestas a prueba, incluso por los más amantes del riesgo.