Anualmente, todos los segundos días de noviembre existe una fecha que festeja el descanso eterno y la significancia de la vida: el Día de los Muertos o la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos. Esta vez, no surgen dicotomías ni brechas existenciales porque, así como se celebra la vida, se celebra la muerte entendida como el descanso del alma.
Esta fiesta tan particular se remota a la época prehispánica, donde en México, los habitantes celebraban a sus muertos los dos primeros días, en el inicio de noviembre. El primer día era para honrar a sus jóvenes fallecidos, el segundo para sus adultos.
Se traslado por toda Latinoamerica resptando las fechas de forma en Argentina, este día se adoptó como en México respetando a la fecha original. Aunque en nuestro país, no se considera feriado o dia no laborable.
Particularidades
- Para recibir a los fallecidos se preparan los altares de muertos que deben tener ofrendas, por ejemplo: objetos, comida, bebida o música preferida de la persona a quien se dedica dicho altar, así como una imagen del difunto.
- Cada altar debe representar a los cuatro elementos: Agua, Tierra, Fuego y Viento.
- El Cempasúchil es la flor por excelencia del día de muertos pues se cree atraen que estas guían las almas de los difuntos.
- El 7 de noviembre de 2003 en París, la UNESCO dio el título de “Patrimonio de la Humanidad” al Día de Muertos.
- Algunas comidas tradicionales son: las calaveritas de azúcar, las cuales llevan el nombre del fallecido o de personas vivas, además, del tradicional pan de muerto, un pan dulce espolvoreado con azúcar y con adornos en forma de huesos.